El escenario político-presidencial va tomando distintos matices con el transcurso del tiempo. Cuando Frei derrotó a José Antonio Gómez en las primarias de la Concertación, todo Chile pensó que el ex Presidente de la República sería el encargado de derrotar a Sebastián Piñera. Pocos pensaban en la posibilidad de que se instauraran en la opinión pública nuevos candidatos (Leonardo Farkas rechazó una candidatura independiente) pero finalmente ocurrió: Marco Enríquez-Ominami, ex diputado socialista, díscolo y esposo de Karen Doggenweiler, insertó su nombre, su imagen y sus propuestas de gobierno en los medios de comunicación, generando una reflexión en las audiencias. Fue tanto su boom mediático y su energía para presentarse en diciembre como candidato presidencial que implementó una recolección de firmas para concretar su deseo político. Desde ese momento se han dado a conocer a la opinión pública varias encuestas. A algunas se les critica la seriedad y a otras su diseño metodológico, sin embargo, instauran una realidad en la sociedad chilena que merece ser comentada en el día a día.
Constantemente se dice que Enríquez-Ominami entró para quitarle votos a Frei y que con esto está permitiendo que el ganador de las elecciones sea Sebastián Piñera. Sin embargo, creo que su candidatura ha causado tres fenómenos impensados hace tres meses.
· En primer lugar, Sebastián Piñera ha bajado su nivel de popularidad en los últimos meses, promediando un 35% en la intención de voto de los chilenos (según el resultado promedio de varias encuestas).
· En segundo lugar, si bien la popularidad de Eduardo Frei ha bajado en la intención de voto tras la arremetida del díscolo Marco Enríquez-Ominami, ambas candidaturas suman en promedio un 45%, es decir, la Concertación en sí tiene un apoyo muy superior al de la Coalición por el Cambio (Alianza por Chile más políticos concertacionistas desilusionados llegan a un 35% aproximado).
· En tercer lugar, la intención de voto hacia M.E.O ha ido aumentando progresivamente. En un comienzo fue visto como una candidatura mediática, absurda y en protesta por propuestas poco claras y constantes evasiones a temas valóricos, que suelen causar polémica. Sin embargo, con el tiempo logró demostrar que su candidatura va en serio como con recolección de firmas y su renuncia al PS (fue miembro por 10 años).
No sé si M.E.O podrá recolectar las firmas que necesita para postular como candidato independiente, pero sí pienso que tiene las ganas de ser un candidato y está buscando una oportunidad para generar un cambio en la política, reafirmando sus deseos con la renuncia al Partido Socialista. ¿Es una candidatura de rechazo a los otros candidatos o es una candidatura que va en serio?
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1 comentario:
yo creo que está cimentando su carrera politica...ta proyectandose a futuro, buscando ser presidente en candidaturas próximas, no inmediatas!
total..no pierde naa tirandose ahora..aunque probablemente sepa q sus votos van a ser de descontento de los otros candidatos más que votos por sus propuestas
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